En el cálido y a veces implacable sol de Playarrica, un municipio al sur del departamento del Tolima, Luis, un joven de 15 años, trabaja con la tenacidad que solo se forja en la adversidad. Su vida ha sido un viaje de lucha y esperanza, marcado por una tragedia familiar y un empeño inquebrantable en construir un futuro mejor a través de su marca de café, Juan Velázquez.
Un Pasado de Dolor y Responsabilidad
Luis nació en 2009, en un contexto de desafíos y dificultades. Desde una edad temprana, su vida estuvo marcada por la violencia que azotaba su comunidad. La tragedia más dolorosa llegó cuando su padre fue asesinado en un acto de violencia brutal, dejando a Luis y a su familia en una situación de vulnerabilidad extrema. La pérdida de su padre no solo fue un golpe devastador a nivel emocional, sino que también significó la carga de sostener a su familia y la finca en la que su padre había trabajado durante años.
Un Presente de Trabajo Duro y Sueños Compartidos
Hoy, este joven soñador enfrenta cada día con una determinación inquebrantable. Su jornada laboral comienza a las 6:30 a.m. y se extiende hasta las 5:00 p.m. entre trabajo y estudio escolar, bajo el sol ardiente y en condiciones que desafían tanto su físico como su resistencia entendiendo que la recolección de café es una tarea que requiere esfuerzo constante y enfrenta peligros como piedras y espinas. Luis se protege con una careta, pero aun así, el trabajo es arduo y lleno de riesgos.
Pero en esta lucha diaria, Luis no está solo. Su amigo y socio, Juan Pablo, comparte con él la visión de un futuro mejor. Luis y Juan Pablo se conocieron en la escuela, en el mismo grado décimo en el que actualmente se encuentran. Aunque ambos jóvenes comparten la misma meta de avanzar en sus estudios y su emprendimiento, sus circunstancias son muy distintas. Luis tiene la ventaja de contar con una motocicleta, lo que le facilita el traslado diario a la escuela. En contraste, Juan Pablo debe caminar durante horas para llegar a las aulas, una hazaña que subraya aún más su compromiso y dedicación.
Luis y Juan Pablo han fundado Juan Velázquez, una marca de café que representa no solo una oportunidad económica, sino también una forma de honrar el legado de la familia de Luis. El nombre de la marca es una combinación significativa. Juan Velázquez surge de la fusión del nombre de Juan Pablo y el apellido de Luis. Esta mezcla no solo simboliza la colaboración entre dos amigos, sino que también refleja la unión de sus esfuerzos y sueños en un proyecto común.
Han formado la asociación Tony Campo, integrada por jóvenes y madres de la comunidad, como un paso crucial para obtener apoyo y recursos. La asociación es un vehículo para acceder a maquinaria moderna, una necesidad esencial para transformar el proceso de producción de café. Luis ha solicitado a la gobernación maquinaria como trilladoras, tostadoras, moledoras, grameras, selladoras y descerezadoras, con la esperanza de mejorar la eficiencia y la calidad del café.
En el proceso, ellos han aprendido a manejar los desafíos del empaque y etiquetado de su café, áreas que deben financiarse por cuenta propia. Aunque han considerado abrir una pequeña cafetería en el pueblo de San Antonio para promover su producto y conectar con la comunidad, el tiempo es un obstáculo significativo. Luis divide su tiempo entre estudiar, trabajar en la finca y gestionar su emprendimiento y además, ahora tiene el sueño de estudiar agronomía para adquirir más conocimientos técnicos y mejorar sus habilidades en el manejo de la finca.
Un Futuro de Oportunidades y Crecimiento
El futuro para Luis y Juan Pablo está lleno de promesas. La maquinaria que esperan recibir a través de la asociación Tony Campo y el apoyo de la gobernación representa una oportunidad crucial para escalar su producción y procesar el café de manera industrializada. Esto no solo les permitirá mejorar la calidad del café, sino también aumentar su capacidad de producción y acceso al mercado.
Luis sigue enfrentando los desafíos con una actitud optimista y resiliente. Cada grano de café que cosecha y cada paso que da en el desarrollo de Juan Velázquez son testamentos de su fortaleza y determinación. La finca, que alguna vez fue un símbolo de su pérdida, se ha convertido en un vehículo para construir un futuro más prometedor para él y su familia.
A través de su marca, Luis no solo busca transformar su vida y la de su familia, sino también contribuir al desarrollo de su comunidad. Con cada taza de café que produce, Luis teje una historia de superación, esfuerzo y esperanza que inspira a todos los que conocen su historia.
En los campos de café, estos jóvenes continúan trabajando con la visión de un futuro lleno de oportunidades. A través de Juan Velázquez, se esfuerzan por ofrecer un producto de calidad, mejorar su situación y, sobre todo, honrar la memoria del padre de Luis, transformando su dolor en una fuerza para el cambio y el crecimiento.
Redacción a cargo de: Sonia Osorio C